FAKE NEWS de 1493: de cómo la imprenta convirtió a
Colón
en Colombo a lo largo de la Historia.
Un análisis documental del origen de la deformación
del nombre de Cristóbal Colón y algunas implicancias.[1]
da Silva Rosa, Manuel y Sancci, Bruno
mr@manuel-rosa.com
, brunosancci@gmail.com
Pertenencia institucional: ROSA: Doctorando en Historia
Insular y Atlántica S. XIV/XVIII (Universidade dos Açores). SANCCI: Lic. en Historia (UNPSJB). Doctorando en Educación
(Programa PIIDE. UNTREF-UNSAM-UNLA). Dirección postal: Moreteau 642. CP: 9.100.
Áreas temáticas:
Hidrarquía y jerarquía. Actores marineros y medios.
Repensando una vez más la historia atlántica.
Construcciones historiográficas.
En la actualidad no existen dudas sobre el hecho de
que el nombre de Cristóbal Colón, el navegante, no ha surgido de un acto bautismal,
sino que fue convenientemente elegido por su portador con fines que aún no han podido
ser esclarecidos.
Bucear en árboles genealógicos sobre esta nominación
no tiene mucho sentido, ya que durante siglos ninguna pesquisa en dicha
dirección ha ofrecido frutos dignos de ser destacados y comprobados con
respaldo documental. Tal como lo afirman Fray Bartolomé de las Casas y el mismo
hijo de Cristóbal Colón en sus biografías y textos sobre la figura del navegante,
se trata de un nombre creado para la ocasión.
En el presente texto pretendemos demostrar que el
nombre con el cual se quiso dar a conocer al mundo y a la posteridad es el que utilizamos
en el idioma español, al contrario de lo establecido por una historia oficial
que lo ha posicionado con sus orígenes en Génova a partir de una serie de
documentos discutibles y de una traducción incorrecta de su apellido al
italiano.
Es muy factible pensar que la difusión errónea de su
apellido y la nominación como “Colombo” responde a dos factores bien
específicos que nos alejan de la comprensión de su persona y de las misiones anteriores
que le habían sido asignadas antes del viaje de 1492. El primero, se trata de
la deformación de Colón a Colombo a partir de la publicación en 1493 de su
carta a los reyes católicos con los resultados de su viaje, lo que denominaremos
factor “Fake News”, entendido como un equívoco que termina deformando
una realidad y condicionando las investigaciones posteriores, y el segundo -y decurrente
directo del primero-, la aceptación del apellido Colombo como ya dado por parte
de los historiadores. Este abordaje lo colocó en una trama política y geográfica
totalmente descontextualizada de la realidad en la que estaba inmerso y cuyos
parámetros contribuyó a forjar.
Si se desea bucear los orígenes nominativos habría
que hacer un esfuerzo que va mucho más allá de lo que el mismo Colón pretendía
demostrar como verdad, ya que, sin lugar a duda, tanto él como su familia,
amigos, socios y allegados han participado en el ocultamiento de sus orígenes.
Tal vez se deba a una causa específica o a una conjunción de ellas, pero queda
claro que el manto de misterio sobre su identidad antes de entrar en la
historia tal como la conocemos se ha debido a su cuidadoso accionar.
Siendo así, y preguntados sobre la importancia del
trabajo que, luego de varias décadas de investigaciones propias y ajenas damos
a conocer, debemos responder que la cuestión nominativa resulta clave para
comenzar a desenmarañar un misterio escondido por cinco siglos. Es por ello por
lo que debemos comenzar afirmando que hoy en día no parecen existir dudas sobre
el hecho de que el seudónimo haya sido creado allá por el año 1484, momento en
el cual Colón entró en Castilla ocultando su verdadera identidad. Dicha
afirmación se sustenta en los mismos documentos que Colón y su entorno produjeron
en un complejo proceso de acción que delineó el llamado “descubrimiento de
América” y los hechos que a partir de él se desencadenaron.
El enumerar los documentos a los que hacemos
referencia llevaría decenas de páginas y desbordaría ampliamente el objetivo
que nos planteamos, por lo que haremos una referencia mínima a algunos, sin
ahondar en la totalidad de la compulsa.
Sabemos que todo recorte documental significa un posicionamiento
específico en el campo de la historiografía y conlleva un innumerable conjunto de
significados y complejidades que no podemos abordar en la presente
instancia. Haremos referencia a unos
pocos documentos claves y específicos que nos irán acompañando en la medida en
que sirvan al propósito de la explicación simple de la idea, cuyo debate
estamos lejos de agotar en esta instancia de presentación.
1)
Colón
es un invento de Colón: sobre el origen del nombre
Varios historiadores han llamado la atención sobre
el hecho de que Colón siempre ha sido cauto al referirse a sus orígenes. La
vaguedad a la hora de dar pistas sobre los mismos ha sido una constante en cada
uno de sus escritos y muchas veces ha dejado escapar algunos datos sobre su
vida anterior, labores y conocimientos previos a la gesta por la cual se hizo
conocido.
Pero son los mismos Obispo de Chiapas, Bartolomé de
Las Casas, así como Fernando Colón, su hijo y biógrafo, quienes han realizado
afirmaciones claras al respecto. El primero, amigo y confidente del hijo del navegante,
Segundo Almirante de las Índias, fue explícito: “no tanto acaso, según es de
creer, cuanto por voluntad que para obrar lo que su nombre y sobrenombre
significaba lo elegía” (Las Casas, T. I,43). Se le suma la afirmación de
que su aparición en Castilla había sido cubierta del máximo secreto y que la
nueva nominación tendría un segundo objetivo, el de esconder su verdadero nombre
y origen. El obispo agrega en su relato que “Salió Cristóbal Colón de
Portugal lo más secreto que pudo, temiendo que el Rey lo mandara a detener”
(Ídem, 227) y que “Donde nació ó qué nombre tuvo el tal lugar, no consta la
verdad dello” (Idem:43).
Si bien el primer capítulo del libro de Fernando
Colón se titula “de la patria, origen y nombre del Almirante D. Cristóbal
Colón”, lo que menos hace es aclarar de quién se trataba y cuáles eran sus
orígenes. Apenas nos ofrece su versión sobre el ocultamiento del nombre elegido
por el padre: “fue su voluntad que sus padres fuesen poco conocidos. De
modo que cuanto apta fue su persona, y dotada de todo aquello que convenía para
tan gran hecho, tanto menos conocido y cierto, quiso que fuese su origen y
patria” (Colón F.1892: 4.).
Con respecto al significado del nombre que su padre
escogió para sí mismo, se encuentra rodeado de misterio, como muchos aspectos
de la vida del navegante; “y así se llamó Colón: Considerado esto, me llevó a creer que así como la mayor parte de sus
cosas fueron obradas por algún misterio, así en lo que toca á la variedad de
semejante nombre y sobrenombre, no sucedió sin misterio” (Ídem, 5).
2)
¿Quién afirma que Colón es Colombo genovés? El falso
mayorazgo y el error original.
El hecho de que la historia oficial muestre a un
Colón Genovés implica una confusión de varias aristas: la primera -y de base- afirmar
que era genovés. La segunda, que por ello mismo debería llamarse Colombo al
traducir su nombre al italiano y, la tercera, que tomar estas afirmaciones como
estatus de verdad significa no jerarquizar correctamente lo que los mismos
documentos nos señalan.
Reconocer que el Cristóbal Colón utilizado en España
se traduce al italiano como Cristóforo Colombo y ubicarlo casi automáticamente
en Génova, equivale a afirmar que se trataba de un hombre confundido y con muchísima
suerte. Tanta que pudo salir hacia lo desconocido luego de haber pasado su
juventud tejiendo paños en Génova, naufragar en tierras lejanas, aprender los secretos de la
navegación en un par de años, casarse con una noble mujer portuguesa en 1479 supuestamente
siendo él plebeyo, procrear, aprender a navegar de adulto y utilizar secretos
de estado para hacerlo, inventarse un nombre y apellido, hacer que sus hermanos
lo utilicen, aprender portugués, castellano y latín, otro poco de cosmografía y
geometría, predecir eclipses en husos horarios diferentes, partir y volver varias
veces a un Nuevo Mundo en base a mapas errados, recalar sin problemas en el
puerto de quien supuestamente lo quería arrestar, hacerse una escapada para visitar
a la esposa del rey de Portugal y olvidarse, él y sus hermanos, de hablaren su
propio idioma italiano.
El principal problema se da cuando se tienen en
cuenta la totalidad de los documentos que se relacionan con el navegante en un
plano de igualdad de validación. Sucede, en este caso, con la Institución
del Mayorazgo del 22 de febrero 1488[2].
Dicho documento no reúne los requisitos de
verificación necesarios como para poder ser considerado auténtico, siendo que
desde el mismo momento de su aparición en el marco de un pleito de herencia que
fue iniciado en 1578 había sido rechazado por falso. Es un supuesto traslado documental
y no existe ningún original con fecha de 1498 y varias inexactitudes históricas,
personas y lugares, incluida la firma falsa del Colón[3].
Este Mayorazgo de 1498 es el único
documento en que Colón declara su supuesto origen Genovés. Obligaba a su hijo
Diego a que: “tenga y sostenga siempre en la ciudad de Génova una persona de
nuestro linaje que tenga allí casa y mujer… pues que de allí salí y en ella
nací”.
Bartolomé de las Casas hizo referencia a que Colón
podría ser italiano al relacionarlo en parentesco con otros navegantes y
corsarios genoveses conocidos como Colombo. Pero equivocó su camino, ya
que se trataría de los conocidos “Colombo viejo” y “Colombo joven”. Estos
nombres de guerra eran utilizados por piratas y corsarios a los cuales las
investigaciones han identificado como franceses. Colombo Viejo era el seudónimo
de Guillaume de Caseneuve, quien luchó para los reyes portugueses en 1476 y fue
nombrado Vicealmirante de Normandía por el Rey Luis XI. El segundo Colombo sería
el noble francés de origen griego, descendiente de la dinastía de los
Paleólogos, George Palaeologus Dissipatos (o Bissipat). Ambos asolaron las
flotas venecianas y genovesas y el Colombo joven seria familiar del proprio
Colón segundo Las Casas y Don Hernando Colón.[4]
Aparece una referencia del mismo Fernando Colón en
su testamento sevillano del 3 de julio de 1539 en el cual se identifica como “hijo
de Cristóbal Colón, genovés, primer almirante que descubrió las Indias”.
Pero se convierte en inverificable su grado de verdad al contrastarlo con la
compulsa documental generada en los últimos cinco siglos.
Mas allá de estas pocas referencias es imposible
afirmar que el navegante fuese genovés ya que su trabajo vital consistió en
ocultar sus orígenes e, inclusive, su misión y conocimientos. Sus cartas y
documentos mostraban a un hombre reservado en extremo y que desconfiaba de quienes
lo rodeaban. A tal punto que hasta mató a su propio concuñado a golpes en Santo
Domingo por traducir una carta de un fraile francés que lo acusaba ante los
reyes[5].
3)
Sobre la Firma y su significado: el misterio del
anagrama no resuelto
Otro aspecto que debe ser abordado es el referido a
su firma. Durante cientos de años el
misterio de su significado no fue resuelto con precisión. Sólo existen
interpretaciones de lo más variadas y, tal vez, alguna haya acertado.
Colón nunca firmó con su nombre y apellido tal cual
lo conocemos y, si lo hubiere hecho, aún no ha aparecido ningún documento que
lo constate.
Más allá de sus significados, podemos afirmar que la
firma nos dice mucho a partir de lo que oculta: se trata de un anagrama de tres
líneas y de una cuarta variable. Las tres primeras eran las letras “X M Y” y
sobre ellas las letras “.S. A .S.” (las S entre puntos) seguidas de otra letra “.S.”
arriba (también entre puntos). Debajo del anagrama se completa con dos palabras
precedidas de dos puntos, uno por sobre el otro “: Xpõ FERENS ./” o, en su lugar, “El Almirante” o “Virey”.[6]
El significado del latín “FERENS” se traduce como
“mensajero” o “portador”, y “Xpõ” sería la abreviatura griega de “Xristobal” o
“Xhristophorus”, que significa el que porta o lleva a Cristo. Sobre este
ítem no parece haber contrapartes en el mundo de la historiografía.
El Colón se encuentra en los dos puntos anteriores a
la X o cruz. Desde el punto de vista gramatical, un colon es punto sobre
otro en el idioma español (:), siendo el punto y línea final otro colon
(;).[7]
El acuerdo que surgió sobre el nombre no encuentra
el mismo reflejo sobre su apellido, ya que las historias oficiales suelen
presentar el “Colón” español como intercambiable con el latín “Colombus”
o el italiano “Colombo”. He aquí un error fundamental, porque Colón no
deriva del latín, sino del griego “Kólon”.
Su hijo Fernando escribió claramente: “Colón, (…)
que en griego significa miembro, para que siendo el propio suyo Cristóbal, se
supiese de quien era miembro; esto es, de Cristo”. En griego “kólon”
(κῶλον) significa miembro o parte (del cuerpo humano),
siendo que el vocablo pasó del griego al latín como “colon” y se mantuvo de la
misma manera en el castellano. Si Colón
significa miembro no es traducible al “colombo” italiano, que significa
“paloma”.
De hecho, el mismo Fernando refiere al apellido escribiendo
que:
(…) muchos nombres que fueron puestos como indicios
de los efectos que habían de suceder por causas ocultas, como en lo que
pertenece al Almirante, de quien fue pronosticada la maravilla y novedad de lo
que hizo; porque si atendemos al sobrenombre común de sus ascendientes, diremos
que verdaderamente fue Colombo, o Paloma, en cuanto llevó la gracia del
Espíritu Santo al Nuevo Mundo, que descubrió; mostrándose como en el bautismo
de San Juan Bautista el Espíritu Santo, en figura de Paloma, manifestando que
era el hijo amado de Dios, que no era allí conocido, porque sobre las aguas del
Océano, llevó como lo paloma de Noé, el ramo de oliva, y el aceite del
bautismo; por la unión, y paz, que debían tener aquellas gentes con la Iglesia,
que estaban encerradas en el arca de las tinieblas, y la confusión, y
consiguientemente, son muy apropósito al sobrenombre de Colón, que volvió a
renovar, que en griego significa miembro, para que siendo el propio suyo
Cristóbal, se supiese de quien era miembro; esto es, de Cristo, de quien había
de ser enviado para salud de aquellas gentes, y si queremos reducirle a la
pronunciación latina, es Christophorus Colonus, y diremos que como se dice que
San Cristóbal tuvo aquel nombre por qué pasaba a Cristo por la profundidad de
las aguas, con tanto peligro, de que fue llamado Cristóbal, que así como
llevaba y conducía las gentes, quo ninguno se atrevía a pasar, del mismo modo
el Almirante que fue Chistophorus Colonus, pidiendo a Cristo su ayuda, y que le
favoreciese en aquel peligro de su viaje, pasó él y sus ministros para que
hiciesen a las gentes indias, colonos y habitadores de la Iglesia triunfante de
los cielos; pues es de creer que muchas almas, de que imaginaba Satanás
apoderarse, faltando quien las pasase por el agua del bautismo, fueron hechas
por él colonas del cielo, y habitadores de la gloria eterna del Paraíso.”
Si bien coquetea con cada nominación atribuida, del texto
se desprende que el nombre que el navegante escogió para sí mismo fue
cuidadosamente pensado y significado para su posterior misión, a manera de
pronóstico. Se refiere a “Colombo” o “Palomo” de manera figurativa, pero escoge
el Colón derivado del griego, sugiriendo concomitantemente su pertenencia o
asociación a algún grupo religioso cristiano.
4)
Colón
en los documentos oficiales:
Colón fue presentado en audiencia a los Reyes Isabel
y Fernando el 20 de enero de 1486. Desde ese momento la corte comenzó a
brindarle ayudas económicas esporádicas en moneda durante varios años. Los
registros del año 1487 se conservan casi íntegros y en ellas el tesorero
Francisco Gonzáles de Sevilla registra a Colón con un apellido errado, pero no
en el sentido que ha trascendido para la historia oficial: “En dicho día di
a Cristóbal Colomo extranjero, tres mil maravedís, que está aquí faciendo
algunas cosas cumplideras al servicio de Sus Altezas: por cédula de Alonso de
Quintanilla, con mandamiento del obispo”[8]
Si se analizan las cartas de los Reyes Católicos, tratados,
concesiones, capitulaciones, testamento y otros documentos originales de la
época producidos en España y Portugal, siempre se encontrará que se denomina al
navegante como Cristóbal Colón, encontrándose variaciones en cuanto a la
escritura del nombre, pero no con respecto al apellido. Inclusive el propio rey
de Dom João II de Portugal se dirige a él como Colón en la misiva fechada el 20
de marzo de 1488. Este señalamiento es de vital importancia, ya que descarta
que en Portugal haya sido conocido como “Colombo”, ya que el mismo rey lo llama
por el nombre conocido en España sin aportuguersarlo, tal como sucede a
posteriori en escritos, artículos e impresiones que hablan sobre él.
En los documentos oficiales producidos en el
contexto de la corte española, las cartas de los reyes católicos, de sus
conocidos y amigos, así como las que involucran a sus hijos y hermanos, también
es conocido como Colón. Varias bulas papales también se refieren al navegante
con el mismo apellido, sin italianizarlo. Si se presta atención desandando el
camino que marca el hijo del almirante, el papa Alejandro VI latiniza su nombre
llamándolo “Cristoforum” y traduciendo el Kólon Griego (κῶλον) para su
equivalente en Latín: Colon. En la misma sintonía de los escritos de Fernando
Colón se transcribe, como mucho, el posible latinismo “Colonus”, pero
nunca Colombo.[9]
5)
La
expansión de la carta, la Fake News de 1493
Cuando Colón regresó de su primer viaje oficial a
América no recaló en puerto español, sino que se dirigió a Lisboa y se
entrevistó con quien en teoría lo perseguía: el Rey de Portugal[10]. En
cuanto tocó tierra envió una carta, incluida con una a los reyes, a Luis
Santángel escribano de Ración de la Corona de Aragón, quien también
había financiado parte del viaje y ayudado a convencer a los reyes católicos de
encarar la empresa. En dicha misiva informaba de la victoria de su derrotero
afirmando haber llegado a las Indias.
La carta estaba fechada 15 de febrero, pero fue
enviada desde Lisboa el 4 de marzo de 1493 y con ella sucedió algo extraño que
contradice la lógica geopolítica de la época: apenas a unos días de entregada a
los reyes fue impresa en Barcelona por Pedro Posa para ser dada a conocer al
mundo.[11]
En abril la impresión pública de la carta rezaba: “ESTA
carta enbio Colom al Escribano de Racion de las yslas halladas en las Yndias”.[12] Aquí
vemos el premiar registro de un error tipográfico casual (o proposital) que
convirtió a Colón en Colom, y aunque no se llega a convertir en una fake
news de la época veremos cómo su traducción inmediata generó las bases para
un equívoco histórico.
Cuando la carta viajó para ser publicada en Roma ese
mismo mes, el idioma escogido fue el Latín. El traductor/impresor fue Aliander
de Cosco con una adenda del obispo Leonardo de Carminis, quien traduce el
apellido directamente como Columbo. Esto se explica de forma casi automática,
ya que el término colom significa palomo catalán, por lo que se
convirtió al italiano Colombo, persistiendo con tal base en las
posteriores impresiones que ganaron Europa de la mano de la imprenta.[13]
Esa carta de Colón a Santángel en latín
introduciendo al mundo el apellido equivocado fue publicada en nueve ediciones.
Tres impresas en Roma (1493), una en Amberes (1493) dos en Basilea, (1493 y
1494) y tres en París (1493). También se tradujo al italiano y versificada en
octava rima por Giuliano Datí, de cuya versión conocemos cinco ediciones: Roma,
15 de junio 1493; Florencia, 25 octubre 1493; 26 oct. 1493; 26 oct. 1495; y
otra edición distinta a la anterior y también del 26 oct. 1495. Finalmente
citamos la traducción alemana de Estrasburgo, 1497. En el mismo año 1497
apareció una segunda edición en castellano. (Sanz: 1956, 23).
6)
Conclusión general.
Cuando la carta volvió a Portugal luego de ser
impresa en el resto del continente europeo, el nombre ya se había difundido
como Colombo, quedando reducido a Colón solamente en España y en la América que
de ella dependía. Dicha confusión sirvió para convertirla en una Fake News
y permitir ubicar a Colón en Génova a partir de los intereses geopolíticos de
dicha ciudad y de la conveniencia de la banca genovesa.
A ello se le suma que tanto el mismo navegante como
sus hijos y amigos, los Reyes Católicos y el mismo rey João II de Portugal
parecen haber ocultado, casi en conjunto, toda posibilidad de acceder a la
genealogía de semejante pionero.
Con el correr de los años y ante las continuas
impresiones de una carta que se publicó como un best seller de la época,
las referencias bibliográficas llevaron a que los historiadores aceptaran la
versión de un Cristóbal Colón de origen genovés, lo cual fue facilitado por la
imposibilidad de constatar archivos lejanos y documentos que fueron viendo la
luz con mucha dificultad.
Bibliografía citada:
Canova, Scipion e Martucho,
Carlos (1601). Por Don Baltasar Colombo, contra Don Nuño de Portugal, y
consortes, sobre el Almirantazgo de las Indias, Ducado de Veragua, y Marquesado
de Iamayca.
Colón, Fernando (1571). Historie del S. Don Fernando
Colombo: nelle quali s'ha particolare, & vera relatione della vita, &
de' fatti dell'Ammiraglio Don Christoforo Colombo, suo padre: et dello
scoprimento, ch'egli fece dell'Indie Occidentali, dette Mondo Nuovo, hora
possedute dal Sereniss. Re catolico, In Venezia, MDLXXI: Appresso Francesco de'
Franceschi Sanese.
Columbus, C., Plannck, S., Incunabula Collection &
Riviere & Son, B. (1493). Epistola Christofori Colom, cui etas nostra
multum debet, de Insulis Indie supra Gangem nuper inventis: Ad quas pergendas
octauo antea mense auspiciis & ere inuictissemorum Fernandi & Helisabet
Hispaniarum Regum missus fuerat: at magnificum dominum Gabrielem Sanchis ...
missa. Cosco, L. D., trans [Rome, Italy: Stephan Plannck,
after 29 Apr] [Pdf] Library of Congress, https://www.loc.gov/item/46031077/
Dornelas, Afonso (1926). Elementos para o estudo
etimológico do apelido Colon, Centro Tipográfico Colonial, Lisboa.
Las Casas, Fray Bartolomé de (1875). Historia de las
Indias. Imprenta de Miguel Ginesta, Madrid.
Posa, Pedro (1493). ESTA carta enbio Colom al
Escribano de Racion de Las Yslas Halladas en las Yndias. New York Public Library. https://digitalcollections.nypl.org/items/7fbc3989-f807-30a9-e040-e00a18067752
Rosa, Manuel (2016). COLUMBUS. The Untold Story,
Outwater Media, Garfield, 2016.
Rumeu De Armas, Antonio (1992), Presencia Temprana de Cristóbal Colón en
Portugal, Congreso de Historia del Descubrimiento (1492-1556): RAH, España.
Sanz, Carlos (1956). La carta de Colon: anunciando
el descubrimiento del Nuevo Mundo 15 Febrero-14 Marzo 1493, Talleres Hauser y
Menet, Madrid.
Varela, Consuelo, Aguirre, Isabel (2006). La caída de
Cristóbal Colón, el juicio de Bobadilla. Marcial Pons Historia.
[1] La mayor parte
de la ponencia se basa en los trabajos previos de Manuel da Rosa Silva (www.ManuelRosa.net)
sobre Cristóbal Colón, su entorno y su tiempo, conformando parte del trabajo de
su tesis doctoral en la Universidad de las Azores. El corpus de esta surgió a
partir de la colaboración de Bruno Sancci y su trabajo sobre los documentos de
los descubrimientos españoles en la Patagonia, realizado en la Universidad
Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
[2] Archivo General de
Indias. ES.41091.AGI//PATRONATO,8,R.3
[3] Visto en el Consejo ocularmente el dicho testamento por
todo los juezes, no haciendo mas caso del que de un papel viejo y
simples … Y porque se dice seca y desnudamente que el dicho Don Baltazar [Colombo]
presentó el dicho testamento, que el llama autentico, juntamente con otras
escrituras, ha de ser V. m. servido de no recebir el engaño que desto podría
resultar … aunque Don Baltazar dize, que el dicho traslado está concertado con
el original, pero atento que no está sacado con citación de parte, ni con
ninguna de las otras solenidades necessarias, relieva tan poco la dicha
presentación, como sino la haviera hecho … no solamente el dicho testamento no
es parte del proceso, pero quanto a todo lo que contiene, nulla est ei fides
adhibenda … que un testamento tan imperfecto, y no solene, que nunca lo fue
… que aya hecho tanto ruido, y sido causa de tan grande dilaciõ, y de no averse
executado la sentencia (Canova & Martucho: 1601, 14).
[4] Un’huomo segnalato
del suo nome, & famiglia, chiamato Colombo, molto nominato per mare, per
cagiõ dell'armata, ch’ei conduceva contra gl'infedeli, & ancora della sua patria [Constantinople]:
tal che col suo nome spaventava i fanciulli nella culla. La cui persona, &
armata è da credere che fosse molto grande [...] mentre in compagnia del detto
Colombo giovane l'Ammiraglio navigava, il che fe lungamente (Colón 1571, 10-11).
“Cristóbal
Colon, tan dedicado á las cosas y ejercicio de la mar, y en aquel tiempo
anduviese por ella un famoso varón, el mayor de los corsarios que en aquellos
tiempos habia, de su nombre y linaje que se llamaba Colombo Júnior”. Las Casas, T. I, 52.
[5] “Miguel
no regresó nunca a España. Como tantos otros falleció em el Nuevo Mundo. Según
declaró Diego de Escobar, Miguel se indispuso pronto com don Cristóbal y por
ello no tuvo inconveniente en traducir al castellano una carta que fray Juan
Tisin había escrito en francés quejándose del almirante para que pudiese ser
bien comprendida por los reyes […] hoy sabemos que Muliart murió a manos de su concuñado” (Varela & Aguirre:
2006, 126).
[6] En los
documentos deja de usar “El Almirante” a Partir de 1502.
[7] El punctus elevatus
dio lugar en la ortografía tradicional española al colon (:) y al semicolon
(;). El término griego κῶλον, significa ‘miembro’ o ‘parte’ y se utilizó en la
gramática griega para designar a los miembros o partes de una oración pasando
como colon a la gramática latina y luego a la castellana. Dornelas (1926, 14).
[8] Rumeu De Armas:
1992, 13.
[9] En los textos
de Fernando Colón y de Bartolomé de las Casas se sugiere que los orígenes del
navegante se remontan a la época del imperio romano y habría cierta relación en
común con la familia que se pasó a llamar Collona. Si bien son especulaciones
genealógicas esto no ha sido posible de rastrear para confirmar ni negar un
posible parentesco. El mismo Fernando, fue bautizado en Castilla como Colón.
[10] Destacamos
esto porque el navegante dice en su diario haberse desviado, empujado por las
acciones de los vientos y corrientes de forma involuntaria y dejando atrás a su
otra nave.
[11] Es de extrañar
que el primer informado del viaje haya sido el rey enemigo de la Corona
española y que un impresor catalán se haga de una carta tan sensible y la
difunda en tan poco tiempo, casi obligando a los reyes a actuar con prisa.
[12]
Posa, Pedro (1493) New York Public Library. https://digitalcollections.nypl.org/items/7fbc3989-f807-30a9-e040-e00a18067752
[13] Columbus C
1493: 14.